Estamos en unas fechas especiales. Ayer se estrenó de nuevo la mejor película de todos los tiempos, si querido lector, estoy hablando de Titanic. A decir verdad la película es en 3D, o lo que es lo mismo
Esa película siempre la recordaré con un cariño especial. Mis amigas y yo fuimos a verla a un cine que ya no existe y rompimos a llorar como nunca antes lo habíamos hecho, sobretodo yo que seguía llorando media hora después de los créditos del final, qué le voy a hacer, soy una chica dulce y sensible. También lloraba cada vez que oía "My heart will go on". Ya no se hacen canciones como esas ni tenemos artistas tan feas que vendan tantos discos.
Creo que no spoileo a nadie si digo que al final el Titanic se hunde y que esa película catapultó a Leonardo DiCaprio al estrellato. Aunque me duela reconocerlo, supongo que Leo era en mis tiempos el Robert Pattinson de las prepúberes actuales. Afortunadamente para él, ya ha demostrado que es un actor como la copa de un pino y que todos los que le criticábais érais unos envidiosos de su belleza incuestionable y su talento infinito. Como véis, ni siquiera mi fervor enfermizo ha cambiado. Bueno si, ahora ya no quiero casarme con él, que para eso estoy con Vuestra Madre.
Eso sí, mención especial merece la mejor actriz de su generación, el estilo y la elegancia pura, me refiero a Kate Winslet. Quiero hacer hincapie en lo terrible que me parece que os metáis con Kate Winslet, seguro que le tenéis envidia de su infinita belleza y su incuestionable talento.
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